Algunas veces gano y otras veces pongo un circo y me crecen los enanos......

"Que se llama soledad. J.Sabina"



10/1/14

TÚ LO PINTARÁS

"En los mapas del cielo, el sol siempre es amarillo y la lluvia o las nubes no pueden velar tanto brillo ni los árboles nunca podrán ocultar el camino, de la luz hacia el bosque profundo de nuestro destino."

 

                                                                                                            Acuarela, de Toquinho.

 Afirmaba con ironía Albert Einstein que "tendremos el destino que nos hayamos merecido".  "El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos", señaló con realismo el escritor británico William Shakespeare.
 Ese concepto tan subjetivo que los diccionarios definen como "una fuerza desconocida que se cree que obra sobre los hombres y los sucesos", es un asunto complejo de explicar si nos hacemos la típica pregunta de brujería  "¿existe el destino?¿ tu camino está ya trazado?". Responder a esta inquietante pregunta, desde el punto de vista de la psicología,  para conocer si el destino es realidad o es una mera abstracción más de la mente humana conlleva partir del hecho de que creer o no en el destino es una cuestión personal y tiene múltiples causas, educativas, culturales y sociales hasta religiosas. La importancia que le demos a esa creencia, en un sentido u otro, marcará nuestra trayectoria personal.
De éste modo, creer ciegamente en el destino está enclavado en " un pensamiento mágico" que lleva a considerar que lo que le sucede a uno es obra de una fuerza enigmática y fatal. Esto suele impedir que se pongan los medios para conducir el propio rumbo de la vida, por creer que esta marcado por el destino.
Las personas que creen ciegamente en el destino van a atribuir todo lo que les sucede a causas ajenas a su destreza, esfuerzo o regulación, llegando a experimentar más errores cognitivos, así como menor capacidad de reacción a los acontecimientos,menor  percepción de libertad y realismo.
Por otro lado cabe resaltar que puede ser tan negativo el creer al cien por cien en el destino como el tener una desconfianza desmesurada e irreal en él.
Desde mi punto de vista, simplificaría esta cuestión sabiendo que lo  mejor que podemos hacer es tener confianza en uno mismo y poner los medios para conseguir nuestras metas, sin perder de vista ciertos acontecimientos que no siempre son controlables. Pero no nos dejemos llevar por el poder de la sugestión convirtiéndonos en presas fáciles de adivinos, cartománticos y demás figuras del mundo esotérico, porque si una persona describe una situación como real, independientemente de que lo sea o no, ésta será real en sus consecuencias. Se va a autoalimentar, no importa si la situación de partida es falsa, ya que la misma genera una serie de comportamientos que la van a hacer válida desde su inicio.
Por ejemplo - si un adivino te dice que estás destinado a casarte con una persona rubia, probablemente no vas a fijarte en las personas morenas, mientras que estarás más abierto a las personas que respondan fenotípicamente a la descripción realizada-.
Somos lo que sepamos hacer con lo que la gente hace de nosotros .J-P.Sartre




"...en los mapas del cielo el sol siempre es amarillo...tú lo pintarás...."